Para el mantenimiento de la vida, sin más, es suficiente con lo que comemos, siempre y cuando: comamos bien, equilibradamente, alimentos ricos en nutrientes, en un estado de tranquilidad, masticando y absorbiendo correctamente nuestros alimentos y en un entorno sin excesivos contaminantes. SIN EMBARGO:
- Comer bien y equilibradamente: Hoy día hay un exceso de alimentos en los supermercados, pero ha disminuido su calidad. Hay muchos productos tentadores que no ayudan en nada a nuestra salud. Comemos sin control ni cuidado y casi hemos olvidado que el fin último de la alimentación es aportar los nutrientes que necesita nuestro cuerpo para funcionar correctamente. Esto es especialmente cierto en una gran cantidad de población joven (y otra no tan joven que se deja tentar por la moda o la comodidad).
- Los nutrientes de los alimentos: Éstos son cada vez más escasos por diversos motivos. Se recogen antes de su maduración, los abonan artificialmente y los impregnan de productos muy tóxicos, para evitar agresiones de insectos, bacterias y todo tipo de plagas. En el terreno de los alimentos animales hay igualmente un abuso de sustancias hormonales y antibióticos, que dañan nuestra salud.
- Tranquilidad y masticación: Las condiciones de vida actual hacen que muy pocas personas coman en condiciones óptimas de tranquilidad física y mental, y con la suficiente masticación, como para que se absorba correctamente el alimento.
- Contaminación: hay que añadir la contaminación ambiental, fecal (aguas de riego) y de fábricas o carreteras cercanas a muchos campos de cultivo. Además está el efecto de muchos fármacos (antibióticos) sobre el equilibrio interno de nuestro organismo, especialmente la flora bacteriana intestinal, imprescindible para la absorción de muchos nutrientes, vitaminas especialmente. Por todo ello, podemos afirmar que hoy en día todos tenemos deficiencias nutricionales.